6 de noviembre de 2019

Bernardo de Gálvez.

La Marcha de Gálvez por Augusto Ferrer-Dalmau.
Bernardo de Gálvez, el que diría “El que tenga honor y valor que me siga!, Yo solo!” a bordo del Galveztown en la toma de Bahía de Pensacola, aparece aquí guiando un ejercito compuesto por españoles, estadounidenses, que son el resultado cultural de europeos mezclados por décadas en territorio americano, afroamericanos, criollos, mestizos, fracocanadienses e indios chactás, entre otros, a través de las cuencas pantanosas del Misisipi contra posiciones británicas en los fuertes de Manchac y Baton Rouge

Observadas por un Gálvez a caballo destaco el simbolismo de las banderas, por aquel entonces la Cruz de Borgoña, bandera oficial de España hasta Real Decreto de 28 de mayo de 1785, por el que el ilustre Carlos III eligió por concurso la bandera rojigualda, para los navíos y por otra parte la Vieja Gloria, la bandera de la nueva nación de los EE.UU., con sus trece barras blancas y rojas y un cuadro azul que representa el nacimiento de una nueva constelación, una Nación de Libertad en mayúsculas, que se fundamentaba en los mas elevados principios filosóficos y políticos alcanzados y que estaría destinada a salvaguardar dicha libertad desde este momento y hasta nuestros días, declarado en el providencial devenir histórico, así como también servir de fuente de inspiración.

España apoyó desde el principio la independencia de los EE.UU, aunque de forma secreta, ya que hasta 1779 no se declararía la guerra abierta a Inglaterra, por parte del ilustrado Rey Carlos III. Las acciones de Bernardo de Gálvez, junto con el Convenio de Grasse-Saavedra, que fue decisivo en la victoria de George Washington en Yorktown, fueron de vital importancia para la fundación como Nación de los EE.UU y a su vez, España velo por sus intereses consolidando su esplendor Imperial.

Con la Revolución Americana y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos, se estaba asentando los pilares de de la que estaría destinada a ser la Nación que constituiría una de las mejores formulas de gobierno jamas conquistada, aquella que declaro “Sostenemos como evidentes estas verdades: que los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad” … con esta fuente legislativa, los derechos provienen de Dios y estos no se pueden arrebatar, son inalienables, ningún poder terrenal jamas podría pisotear nunca mas la dignidad y la libertad de la individualidad humana apelando a aquello que ya había sido revelado en las Sagradas Escrituras de que los hombres son libres y no hay mas soberano que el Dios del Universo que todo lo domina, ningún tirano, déspota, caudillo o gobernante tendrá jamas legitimidad sobre otros, excepto la que acertadamente o no le dan los gobernados y que ésta termina cuando esos derechos son pisoteados y sus formas de gobierno se han vuelto corruptas o despóticas. Todos somos creados a imagen y semejanza de Dios, es decir, dotados de inteligencia y libre albedrío y por ende de la responsabilidad que con ello conlleva, por lo que cualquier Constitución, Ley y Gobierno debería ser el reflejo de esa perfección suprema.



José Miguel López Delgado.




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